Tras su gira mundial, la artista revela cuál es su más grande anhelo ahora y cómo creó los dos álbumes que la llevaron a presentarse por Estados Unidos, España y toda Sudamérica

El día recién empieza pero el aroma de la buena comida ya invade toda la casa. Huele a paz, hogar y amor. Por la tarde, con té en mano y la guitarra sobre sus piernas, ya empieza a componer. Parece un sueño, así se imagina Mon Laferte cada día, disfrutando de la música y de ser mamá. “Estoy en esa, ese es mi máximo sueño en la vida hoy”, explica.

Tras una extensa gira por México, Estados Unidos, España, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina y Perú la artista tiene su mente en poder disfrutar el aquí y ahora. “Pienso que lo que me haría más feliz ahora en la vida, como un sueño. Me imagino en mi casa, cocinando por las mañanas, siendo mamá. Por la tarde tomando un té y tocando la guitarra. No sé, estoy en un momento de mucha tranquilidad”, cuenta Norma Monserrat Bustamante Laferte mientras charla con Teleshow.

Así, la cantante busca conectarse, volver a tierra y vivir a pleno el cierre del 2022, un año bisagra en su carrera donde el amor y la música fueron de la mano, empezando por el nacimiento de su primer hijo, Joel, en enero. Y como fuera poco, tras años de noviazgo, lo coronó a finales de octubre casándose con su pareja, el músico Joel Orta.

En paralelo también se embarcó en una gira mundial con dos fuertes pilares, sus últimos dos discos — Seis y 1940 Carmen— ambos sacados en 2021.

A puro griterío y emoción o con lágrimas en los ojos, la gente no tenía punto medio al vivir sus shows, pasaban por todo tipo de emociones. Desde el desamor a un profundo enamoramiento. Y es que esa es la magia que causa Mon Laferte en la gente, una identificación absoluta. Sin embargo, parece algo que se da naturalmente. “Para ser sincera, cuando escribí esas canciones no tenía la intención de que se sientan reflejados, creo que nunca la he tenido. Pero sé qué hay mucha gente que se siente identificada porque finalmente todos vivimos lo mismo, pasamos por las mismas cosas, somos seres humanos y tenemos los mismos sentimientos”, detalla la cantante.

Y parte de eso se debe a esa introspección y búsqueda personal que hace la artista de 39 años, un proceso para exteriorizar y mostrarse tal como es, que incluso a veces llega a incomodarla: “Cuando escribo estas canciones soy algo egoísta en ese sentido. Trato de ser muy real al momento que lo hago, sobre todo con lo que estoy viviendo. Incluso que sea hasta a veces incómodo, hay canciones que me da vergüenza compartirlas pero siento que cuando es así, que me da vergüenza, son canciones más honestas, más reales y que van a trascender. En cambio, por ahí he hecho alguna canción haciéndola como tipo por ejercicio o más hacia la ficción y al final no puedo con ella, me aburro cuando las hago en vivo, entonces no”.

Sin embargo, esa canciones parecen no coincidir con su momento actual, y esto se debe a que realmente reflejan otro período de su vida, con el cual se conectó en 2020. “Muchas del álbum Seis, que salió a principios del año pasado, las compuse un año antes. Las escribí cuando recién empezó la pandemia, corresponden a una etapa distinta de mi vida, yo saliendo de una relación. Por ejemplo ‘Aunque Te Mueras Por Volver’ me emociona, tiene una dificultad muy grande. La hice tratando de decir ‘vamos para adelante porque la vida sigue’. Como autoterapiándome también. Es como ‘vamos, me puedo levantar, soy una cabrona. Yo puedo con el mundo’. Es una canción muy importante para mí”, asegura la chilena ganadora del Premio Grammy Latino a Mejor Álbum Cantautor, por Seis.

Sin embargo, ese proceso no es fácil y demanda tiempo para conectar con esas emociones, esa búsqueda donde el ‘corazón tiene algo para decir’. “Realmente llegó ahí cuando tengo ganas de decir algo, una idea voy y escribo lo que estoy sintiendo en el momento”.

Pero a veces la letra no sale, da vueltas y vueltas, no la convence. Mon Laferte sabe qué quiere decir, pero aún no encuentra las palabras. Con su libreta en mano, busca su inspiración sentada en el sillón. Pero a veces ni así salen las cosas e intenta algo que la ‘desbloquee’. Y es ahí, entre el agua y su tarareo, donde todo fluye.

“A veces sí hago el ejercicio de sentarme, agarrar el teléfono, una libreta, lo que tenga, y ponerme a crear desde ahí, voy intentar hacer una canción porque quiero hablar de este tema, pero muchas también salen muy naturales, casi siempre cuando me estoy bañando, empiezo a tararear letra y melodía al mismo tiempo y empiezo a desarrollar la canción”.

Así, entre el tiempo en familia y la música, la artista quiere vivir a pleno uno de los mejores años de su vida. Y tal como sueña, ese lugar está en su casa, donde puede disfrutar de la maternidad que tanto ama.