Lucas Bucci y Tomás Sposato escribieron y dirigieron este trabajo monumental que estrena hoy, dividido en cuatro capítulos. Terror y deporte, violencia política y fiesta popular, un despliegue de las grandes contradicciones de un episodio de nuestra historia que, dicen, estaba poco contado.

Argentina, 1985. Argentina ‘78. Años asociados a la historia reciente del país que quedaron en la Historia. El primero, con el juicio a las juntas militares, tuvo su película nominada al Oscar. El segundo tiene ahora su documental; un trabajo tan riguroso como impactante, acaso especialmente para las nuevas generaciones o los que no conocen esa historia. Más de treinta entrevistas, el doble de horas de grabaciones y un archivo deslumbrante, que llevó más de un año de trabajo en la isla de edición.

El resultado es notable, porque bajo la batuta de sus guionistas y directores, Lucas Bucci y Tomás Sposato, se logró una narración ágil, en la que todo ese material fluye como en una corriente rápida frente a nuestros ojos. Con urgencia, como si todas esas voces del pasado y el presente (incluyendo a los que no llegaron a verlo, como Menotti o Nora Cortiñas) se empujaran para contarnos cómo fue.

Basado en el libro del periodista y escritor Matías Bauso, 78, historia oral del mundial, y dividido en cuatro capítulos, reconstruye el antes durante y después del mundial de fútbol organizado aquí, con la junta militar en el gobierno, la violencia y el terror en la calle, un boicot europeo, una complicidad mediática más o menos obsecuente, una selección que se coronaría campeona y un festejo popular que lo celebraría. Contradicciones que se despliegan desde los primeros minutos, cuando Bauso dice que fue ese choque, entre sus recuerdos de infancia y lo que supo después, lo que lo llevó a investigar el evento y su contexto.

Lucas Bucci no había nacido en 1978. Doctor en filosofía, guionista, hijo de exiliados políticos, escuchó a su padre contar que gritaba los goles de la Argentina, y que los amigos europeos no lo podían creer. “Me pareció que ahí había un drama muy argentino para contar, y bastante profundo. Para nosotros era un evento increíble donde se cruzaba la dictadura más oscura y conocida de la historia, y un mundial en Argentina, que es como una demencia”, le cuenta a TN.

Junto a Tomás Sposato habían terminado de escribir Carmel, sobre el caso Belsunce, cuando les ofrecieron este proyecto. “Cuando lo arrancamos teníamos dos estrellas en la camiseta. A fines del, 2021 faltaba casi un año para salir campeones otra vez. En plena edición de esto, Argentina salió campeona en Catar. Teníamos el archivo de la cinemateca polaca, con los festejos en la calle en el 78, y cuando volvieron los jugadores de Catar vimos lo que pasó en las calles de Buenos Aires, las similitudes con lo que estaba pasando, parecía la misma cosa aun tantos años después”, dice Sposato.

Y agrega: “Nuestro desafío es hablar de lo no saldado: esa selección fue desdeñada, no se habla mucho del mundial, ni de lo que pasó a nivel futbolístico. Fue una epopeya, la final es algo extraordinario, y nos parecía que había muchas contradicciones que valía la pena discutir, aún en este momento”.

“Las narrativas que se hicieron sobre el mundial 78 quedaron un poco eclipsadas por la narrativa política y social, y se aplanó un poco el fenómeno. El hecho deportivo, un mundial en la Argentina, es un hecho cultural importante que estaba poco contado. Quizás hubo algún tipo de miedo de hablar de fútbol cuando ocurrían esos horrores, pero pensamos que si se contaba eso también se hacía aún más voluminoso y profundo todo lo que estaba ocurriendo”, analiza Bucci.

Entre los testimonios se encuentran los jugadores, Mario Kempes, Daniel Passarella, y el técnico, Menotti; militantes montoneros incluyendo al dirigente Mario Firmenich, figurita difícil -logro periodístico de Rodrigo Alegre y Ana Clara Felice, a cargo de la producción periodística-. También las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, fallecida en mayo pasado, Taty Almeida; sobrevivientes de la ESMA como Raúl Cubas y Ricardo Coquet, periodistas como James Nielson, Miriam Lewin, Miguel Bonasso, Matías Bauso y Ezequiel Fernández Moores, entre muchos otros.

“Nuestro interés tenía que ver con la parte política, pero no queríamos dejar pasar la odisea deportiva, y lo futbolístico. Nos importaba hacer la distinción entre que no es que Argentina salió campeón en el medio de una dictadura militar, sino que, en el medio de una dictadura militar, Argentina salió campeón. Es una forma distinta de frasearlo, pero quiere decir que no vamos a plantear el documental como la historia de los campeones, sino que vamos a contar cómo salieron campeones y todo lo que pasaba en el medio, en el antes y el después también”, dice Sposato.

Vale la pena ver Argentina ‘78 porque el resultado está a la altura del desafío. Transmite de manera contundente la magnitud del episodio y las contradicciones mayúsculas que la memoria colectiva todavía tiene atragantadas. Aún cuando ya conozcamos la historia con más o menos detalle. En ese sentido, es una fiesta del archivo audiovisual pocas veces vista.

“Cuando nos ofrecieron este proyecto no sabíamos que podía haber este archivo de ese momento, porque de otras épocas no hay. ¿Por qué? Porque vinieron periodistas de todo el mundo. Con otros equipamientos, con otras cámaras, con otra forma de guardar las cosas. Acá lidiamos con los problemas de que no se guarda mucho. Los materiales se borran, se graban arriba, es muy difícil todo eso. Pero conseguimos cosas de otros lugares. Documentales que se hicieron para la TV polaca restaurados en 4K, en fílmico. O de la TV holandesa, donde está la famosa entrevista a las Madres de Plaza de Mayo. Además, la FIFA tiene los partidos filmados, en fílmico, que se ven como se ven hoy.”, exponen lso realizadores sobre cómo se consiguió parte del material que se vea en la producción.

“Era una oportunidad para mostrar una Argentina de los setenta que no es la que solemos ver, en blanco y negro, con ese material tan percudido. Logramos también el documental Resistir (1978), de Jorge Cedrón, donde aparece Firmenich joven en el 78. Recuperamos también La fiesta de todos (1979, dirigida por Sergio Renán), conseguimos una lata y restauramos lo que pudimos. Ahí ves los autos, que en los setenta tenían más color que los de ahora. Hay autos rojos, amarillos. Los documentales pueden ser un viaje en el tiempo”, concluyen.