La participante recibió en la casa a sus pequeñas Mía, Felicitas y Nina, en medio de una emoción desbordante.

Arrancó una nueva semana movilizante en Gran Hermano, con el inicio de los reencuentros de los 4 participantes restantes y sus seres queridos. Y la primera en recibirlos fue quien más lo esperó: Romina.

La ex diputada pudo abrazar finalmente en la noche del lunes a Mía, Felicitas y Nina, sus hijas de 12, 3 y 1 año, a quienes no ve desde finales de octubre pasado.

Durante el tiempo que duró la visita Romina tuvo tiempo de jugar con ellas en la plaza blanda instalada en el sum, mientras las abrazaba y les hacía preguntas sobre cómo se encontraban.

“Se me aflojó todo. Al verlas, Mía está más alta que yo. La gorda me dice ‘mamá’. Feli me preguntó todo… Yo tenía mucho miedo, cada vez que hablaba con el psicólogo. Estoy muy feliz, no lo puedo creer. ¡Gracias!”, reconoció más tarde la ex diputada al hablar con Santiago del Moro.