La elección del tigrense como precandidato a presidente generó un llamativo silencio entre los dirigentes que sostenían el operativo clamor por Cristina Kirchner
Ya confirmado como el precandidato a Presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa se aboca en la tarea de retener el voto del ala dura K que aún no se mostró en favor de su postulación. Se trata de un grupo de dirigentes que sostenían el operativo clamor de Cristina Kirchner y que por estos días mantienen un llamativo silencio.
Algunos integrantes de La Cámpora y otros espacios cercanos a la organización que conduce Máximo Kirchner recibieron con algo de desilusión la caída de la candidatura de Eduardo “Wado” de Pedro y aún no se pronunciaron sobre la fórmula que encabeza el ministro de Economía.
Consciente de que su figura genera cierta resistencia en ese sector del oficialismo, Massa empezará a mostrar un discurso de campaña que irá en sintonía con las proclamas del electorado ultra K: recuperación del salario, distribución del ingreso y mensaje anti ajuste, que también servirá para intentar evitar que se fuguen votos hacia Juan Grabois, el otro pre candidato a Presidente.
Hace meses que Cristina Kirchner advierte sobre algunos puntos de la economía que le preocupan. Hasta la propia Vicepresidenta dijo que por primera vez que hay trabajadores en relación de dependencia que “son pobres”. Y fueron varios los líderes camporistas que pidieron una suma fija, algo que por ahora no está en el radar del Gobierno.
Salarios y mensaje anti ajuste: el plan de Sergio Massa para retener el voto del ala dura K
En los últimos días, a los problemas económicos se le sumaron algunos resquemores por el armado electoral. El ala más dura del kirchnerismo, que en su momento sostenía el “operativo clamor” para que CFK fuera candidata, estaba ilusionada por tener a una figura propia como “Wado” de Pedro encabezando la boleta de Unión por la Patria. Sin embargo, un acuerdo de último momento terminó ungiendo a Massa como el candidato de la unidad.
El tigrense es visto con cierta desconfianza: muchos lo ven, por su cercanía con Estados Unidos y su buena relación con el FMI, como un pre candidato cercano a la derecha. Y si bien esto no significa que no vayan a abroquelarse detrás de su candidatura, el silencio de algunos dirigentes importantes es llamativo y más que sugestivo: el funcionario bonaerense Andrés “Cuervo” Larroque, el intendente de Ensenada Mario Secco, algunos intendentes del Conurbano y referentes de movimientos sociales oficialistas, entre otros, todavía no se pronunciaron sobre la candidatura de Massa.
A modo de ejemplo, TN pudo saber que algunos representantes del Evita no están del todo felices con la elección de Massa. Cuestionan el supuesto ajuste que se realiza por estos días en el Plan Potenciar Trabajo. Dicen que detrás de ese ajuste está el FMI.
En este contexto, el desafío de Massa es plantear un discurso que acerque al electorado ultra K a su campaña. Esto consiste, básicamente, en apropiarse de la retórica “anti ajuste”: hacer énfasis en la necesidad de mejorar el poder adquisitivo y en la distribución del ingreso. El tigrense cree que las condiciones el año que viene estarán dadas para recuperar todo eso y que no hará un ajuste en caso de que el Fondo Monetario se lo pida.
El pasado lunes, durante un acto partidario en el que se mostró con Máximo Kirchner y Axel Kicillof en Lomas de Zamora, el líder del Frente Renovador empezó a mostrar su discurso. “Somos los argentinos que entendemos que la economía popular y la informal son el resultado de un Estado que fracasó porque ajustó y los tenemos que incluir”.
A su vez, Massa tendrá la difícil tarea de prometer una baja de la inflación cuando es su gestión la que aún no logró contener la suba de precios.
“Hay dos modelos de país que se resumen en la idea de saber si Argentina tiene distribución del ingreso, si tiene inversión pública, autonomía, soberanía, o es un país dependiente”, dijo, dejando claro su alineamiento con las proclamas K.