En un contexto condicionado por las condiciones climáticas extremas que soportamos los tucumanos este sábado, San Martín alcanzó el objetivo de arrancar con una victoria una nueva temporada de la Primera Nacional.

Nahuel Banegas, en el segundo tiempo, fue quien logró quebrar la resitencia del arquero Alan Sosa, plasmando en el resultado lo que se veía en el campo de juego de La Ciudadela, donde desde el principio fue el local el que llevó el control del juego.

Los jujeños mostraron muchas limitaciones y sólo de a ratos se acercaron con algo de peligro a la valla defendida por Darío Sand, quien tuvo una jornada tranquila, al igual que el resto del equipo que arrancó el año con el acompañamiento de una multitud que renovó la esperanza del ascenso.

Intensidad y agresividad fueron las cartas de presentación del DT Diego Flores, que le entregó la manija del equipo dentro de la cancha a un Juan Cuevas que estuvo a la altura del desafío.

Su asociación con Junior Arias se constituyó en un serio problema para la defensa jujeña, que fue superada en varios tramos de la primera parte por un local al que sólo le faltaba la puntería en el final de cada jugada para empezar a marcar diferencias.

Y eso llegó, aunque un poco tarde, cuando faltaban poco más de ’15 para el final del partido, en el momento en que Banegas fue a buscar un corner desde la izquierda y logró conectar un potente remate de cabeza que se metió en el ángulo superior derecho del arco que da espaldas a la calle Bolivar.

La visita, que no había mostrado muchos recursos en ataque, poco pudo hacer para torcer la historia, pese a que adelantó sus líneas, por lo que al final el festejo se encarnó en las gradas, sedientas de alegrías como la que marcó el inicio de la Primera Nacional para el Santo.