
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) dispuso este martes un paro de tres horas en las líneas urbanas 1 a 19, luego de que fracasara una nueva audiencia convocada en la Secretaría de Trabajo para intentar resolver el conflicto con los empresarios del transporte público.
La reunión contó con la presencia de representantes de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT) y del gremio, pero sin la participación de autoridades de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, que habían sido convocadas. La ausencia del municipio generó malestar entre los dirigentes sindicales y terminó por definir la adopción de la medida de fuerza.
Ante la falta de avances y sin una respuesta concreta respecto a la suspensión de 150 trabajadores, la conducción de la UTA convocó a una asamblea urgente en su sede, donde se resolvió la paralización inmediata del servicio urbano. Las unidades que estaban en circulación fueron instruidas para regresar a los galpones de sus respectivas empresas.
El secretario general de la UTA, César González, manifestó su disconformidad tras el encuentro:
“Teníamos la esperanza de que la municipalidad se presentara para tratar de destrabar este conflicto. La municipalidad tendrá sus razones para no asistir, pero el problema no es con ellos ni con la provincia, sino con los empresarios, que suspendieron a los trabajadores de manera arbitraria”, señaló.
González advirtió además que las suspensiones aplicadas implican una reducción del 40% del salario y subrayó que el sindicato “no permitirá que eso ocurra”.
Por último, el dirigente aclaró que el gremio está dispuesto a asistir a una nueva reunión si es convocado, aunque remarcó que la solución debe surgir de un acuerdo directo con los empresarios del sector.
Con esta medida, la UTA busca presionar a los empleadores para revertir las suspensiones y alcanzar un entendimiento que garantice la estabilidad laboral y salarial de los choferes del transporte urbano.
