En 2007, Pablo Amín, asesinó a su esposa Marta Arias en un hotel de la provincia. Este jueves, ordenaron salidas transitorias para el condenado a perpetua.
Este jueves tras una audiencia, otorgaron salidas transitorias para Pablo Amín. El condenado a perpetua cumplió 16 años de una pena de 35, y ya puede gozar de este beneficio.
En mayo, la jueza Ana María Iácono, la misma que autorizó la libertad condicional para Susana Acosta, condenada por caso de la docente Betty Argañaraz, dispuso que Amín obtenga dos salidas de tres horas cada mes. Pero el MPF impugnó esto e hizo que se suspenda la orden. El motivo fue por ser una persona peligrosa con probabilidad de reincidir.
El caso
El 27 de octubre de 2007, Pablo «El loco» Amín, por entonces de 24 años, se hospedó en la habitación 514 del hotel Catalinas Park de Tucumán junto a María Marta Arias, una joven de 23 con quien se había casado apenas unos meses atrás. La pareja, oriunda de Santiago del Estero, viajó a esa provincia para participar de un congreso que realizaba la empresa para la que trabajaban. Lo habían hecho en compañía de otras cuatro personas que se dedicaban a la misma actividad.
Aquel día, Amín comenzó a mostrar un comportamiento extraño. Les había confesado a sus compañeros que llevaba cuatro noches sin dormir y decía frases incongruentes. Durante la tarde, en una plaza de la capital tucumana y en compañía de su mujer, empezó a decir a los gritos que alguien lo perseguía para matarlo. Un policía intervino y lo llevó a la comisaría para calmarlo. Allí, el comisario escuchó del joven una frase inquietante: «Ella (por Arias) ya no me quiere. Me quiere alejar de todos. No quiero hablar con mi esposa, no quiero hablar con mis amigos. No confío en nadie».
En el momento no dejaba de sonar como una declaración delirante, de alguien nervioso. Nadie sospechó que sería el preludio de un crimen que estaba por conmocionar a toda la ciudad. El joven fue trasladado a un hospital, lo retuvieron una hora y le dieron el alta. Con el panorama un poco más tranquilo, fueron a comer junto a los cuatro compañeros de la empresa por la zona y después volvieron al hotel ya de noche. Parecía que el episodio había concluido.
Amín y Arias entraron al ascensor tomados de la mano y se dirigieron al quinto piso. Cerraron la puerta de la habitación y comenzó el horror. El hombre, experto en artes marciales, estranguló a la mujer mientras dormía. Le arrancó los ojos y los dejó sobre la cama; le cortó sus partes íntimas y golpeó el cuerpo. Después lo sacó de la habitación y lo arrastró por la escalera hasta el primer piso. Pateó el cadáver hasta que un empleado del hotel lo descubrió. Cuando la policía llegó, como si no tuviera conciencia de la gravedad del hecho, les dijo: «No se preocupen, estoy en estado de emoción violenta». Quedó detenido en el momento. El femicida fue finalmente condenado a cadena perpetua el 22 de septiembre de 2009.