El joven de 31 años trabaja como actor y tiene una exitosa carrera siguiendo los pasos de su madre y de Diego Olivera, con quien creció
Federico Ayos, de 31 años, vive en México y trabaja como actor, oficio que heredó de su mamá, Mónica Ayos. Fruto de la relación entre la actriz y Mario Valencia, el joven ha logrado cosechar una exitosa carrera en el país azteca y participó en diversas ficciones como La candidata, Mi marido tiene familia, El dragón, Médicos, línea de vida y Te acuerdas de mí.
Hincha de River, pasó gran parte de su infancia en la Argentina con su hermana menor Victoria, fruto del segundo matrimonio de Mónica con Diego Olivera. Cuando el mencionado actor se instaló en México por sus compromisos laborales, la actriz y sus hijos también se radicaron en el exterior.
“¡Está haciendo un carrerón! Amo ver la forma en la que eligió atravesar esta etapa, es un talentoso y se valió de mérito propio”, aseguró Ayos en una entrevista con Teleshow en junio de 2022 cuando celebró sus 50 años. Además, señaló que aunque Fede se fue a vivir solo hace unos años, seguían teniendo una excelente relación familiar: “Respetamos espacios pero nos mantenemos cerca”.
“Materné muy chica, al amor incondicional y la cercanía los entendí de la mano de la libertad y del diálogo abiertísimo. Disfruto mucho poder atravesar con ellos cada etapa, sea desde adentro o bien como una suerte de espectadora, pero cada rumbo que toman lo vivo con una lupa que me viene incorporada en el chip. A ellos los relaja saber que para mí el hecho de invadirlos no es una opción, saben perfectamente no está en mi esencia y que no soy una mamá pulpo, pero sí me conocen como una tipa alerta y muy atenta a lo que necesiten”, manifestó la artista sobre la maternidad.
“Disfruto poder desplegar mis alas de madre sin incertidumbres, desde un lugar armonioso, sin el caos de mis 19 años ni las distracciones del afuera, del laburo, de un mundo globalizado por las redes que aprendí a ir manejando a conciencia. Me gusta vivir el aquí y ahora sin interferencias y a decir verdad cuesta pero se puede, esta cosa de silenciar el ruido para oír melodías hermosas se me hizo una costumbre sana”, explicó Mónica.
A los 19 años, la actriz había dado a luz a su primogénito en una etapa difícil porque tenía una relación violenta con su esposo de ese momento. “Recibí muchas golpizas durante el embarazo, pensé que podía perderlo, no tenía cobertura médica, fue un parto difícil y estuve internada mucho tiempo”, contó en una entrevista con LAM.
Cansada de los golpes y los maltratos, tomó una drástica decisión para que ya no formara más parte de sus vidas: “Le pedí plata a mi abuela, saqué un pasaje para Chile, de donde él era, y volví a mi casa con mi mejor cara, diciéndole que debía estar nervioso y que estaría bueno que fuera a ver a su familia. ‘¡Qué bueno!’ me dijo, y se despidió de Fede. Yo por dentro pensaba que no lo iba a ver nunca más”.
Nunca más volvió a ver al padre de su hijo y pudieron comenzar una nueva etapa. Luego, comenzó su relación amorosa con Diego Olivera, con quien se casó en noviembre de 2002. Desde ese momento mantiene un matrimonio exitoso desde hace dos décadas, con la familia ensamblada que formaron junto a Federico y Victoria.