El presidente de la entidad deportiva, Alejandro Domínguez, confirmó al mítico estadio para la final de la Copa Libertadores, tras una reunión con dirigentes de los clubes finalistas.

A última hora del jueves, se confirmó que Boca jugará su final número 12 de la Conmebol Libertadores, el próximo 4 de noviembre a las 17 ante Fluminense en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro.

Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, fue quien lo hizo oficial luego de que trascendieran rumores sobre la posibilidad de que se modificase la sede del encuentro que definirá al campeón de la edición 2023 de la Libertadores debido a un insólito motivo.

Es que desde el medio o Globo de Brasil, el periodista Ancelmo Gois detalló que Conmebol no descartaba barajar un nuevo estadio para la final por la disputa que existe entre Flamengo y Fluminense por la localía del Maracaná.

Esto se debe a que, el estadio que alberga las localías de ambos clubes atraviesa una gran serie de encuentros previos a la final y, no solo preocupaba cómo quedará el estado del campo de juego tras esa seguidilla, sino que incluso podrían superponerse los intereses del ente sudamericano y del Mengao respecto a la cancha.

Sin embargo, Domínguez terminó con la polémica y confirmó que el Maracaná será el escenario de este gran encuentro que tendrá en vilo a toda la región sudamericana, tal como estaba previsto desde un primer momento.

La decisión se tomó después de la reunión entre las dirigencias de Boca, que contó con la presencia de Juan Román Riquelme, y de Fluminense, de la que también participó de manera presencial el presidente de AFA, Claudio Tapia.