El aumento se debería al ingreso de una subvariante de Ómicron del coronavirus.
En la Argentina, los casos de personas con el diagnóstico de COVID han aumentado desde la segunda mitad de julio pasado y siguieron creciendo durante agosto.
Si se tiene en cuenta la fecha de inicio de los síntomas, el promedio semanal diario de casos confirmados fue de 134 durante la primera semana de agosto. En cambio, fueron 388 casos como promedio semanal diario durante la primera semana de septiembre, según el análisis de Jorge Aliaga de la Universidad Nacional de Hurlingham, provincia de Buenos Aires, en base a los datos aportados por el Ministerio de Salud de la Nación.
Es una suba que implica un aumento del 190% en un mes. Por supuesto, que los valores no son tan altos como los que había durante las olas de 2021 y 2022.
Los casos, en realidad, podrían ser muchos más de los notificados porque no todas las personas tienen síntomas y no todos los afectados hoy se testean.
“Hoy el COVID sigue circulando en el país como en el resto del mundo, pero las personas no se sorprenden en general. También hay muy poco testeo, por lo cual muchos de estos cuadros quedan signados como síndromes gripales sin un diagnóstico etiológico. La mayoría de las personas lo cursan en su domicilio y solo consultan ante síntomas de alerta”, comentó a Infobae la médica infectóloga Leda Guzzi, de la comisión de comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología.
La suba de casos del COVID hizo que el coronavirus volviera a ser el patógeno predominante por sobre otros virus respiratorios que se monitorean, como el virus de la gripe y el virus sincicial respiratorio (que causa la bronquiolitis). En base a la información disponible, se puede saber que 14 de las 24 jurisdicciones que conforman la Argentina están teniendo casos en aumento.
El COVID sigue también causando muertes. Según los últimos datos disponibles, en la primera semana de septiembre se reportaron 16 personas fallecidas. Desde 2020 hasta ahora hubo 130.641 muertes notificadas por el COVID en Argentina.
Desde la detección de la variante Ómicron del coronavirus ha variado la predominancia de sus sublinajes. Uno de los motivos del aumento de casos de COVID sería el ingreso al país de un sublinaje del coronavirus que es más transmisible. Se llama popularmente Eris. Su nombre para la Organización Mundial de la Salud (OMS) es EG.5
Se trata de uno de los tres sublinajes de la variante Ómicron del coronavirus que la agencia sanitaria de Naciones Unidas clasificó en su categoría “variante de interés” junto con XBB.1.5, XBB.1.16. También tiene otros 7 sublinajes en seguimiento. Uno de ello es BA.2.86, que ya llamaron Pirola de manera informal.
El otro motivo del aumento de casos de COVID es que hay pocas personas con las dosis de refuerzo al día. Para el doctor Humberto Debat, investigador en virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y miembro del Proyecto PAIS sobre vigilancia genómica del coronavirus, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Argentina, “una de las causas de la mayor circulación viral de hoy tiene que ver con la baja inmunidad de la población. Porque ya pasaron muchos meses de que la personas tuvieron la infección o porque no se han aplicado recientemente las dosis de vacuna de refuerzo”.
Desde 2020 a 2022, la población argentina había ido a vacunarse contra el COVID. El 82,4% había aceptado aplicarse las dos primeras dosis. En el caso de las personas mayores de 50 años, la adherencia fue mayor: llegó al 92,5%.
Pero el descenso de los casos y las muertes gracias a la protección de la inmunización llevó a que muchas personas creyeran equivocadamente que el COVID ya pasó y eso hizo que no fueran a recibir las dosis de refuerzo que se necesitan para contar con inmunidad en 2023.
Más de 36 millones de personas con el esquema primario completo todavía no recibieron alguna dosis de refuerzo en los últimos 6 meses, según advirtió el último Boletín Epidemiológico Nacional de la cartera de Salud, a cargo de Carla Vizzotti.
El virus —que se transmite principalmente por el aire— está circulando y las personas están expuestas a contagiarse, especialmente cuando se encuentran dentro de ambientes cerrados con varias personas y sin ventilación cruzada y permanente.
“Es probable que EG.5 ya tenga una frecuencia bastante alta en los casos confirmados de COVID-19 en el país, y sería coherente con lo que ha pasado en gran parte del planeta. Porque ese sublinaje tiene una ventaja de crecimiento que ha sido reportada por el grupo de expertos en evolución del virus de OMS”, explicó Debat.
Cuando empezaron a crecer los casos de COVID, el Ministerio de Salud de la Nación instó a fortalecer la vigilancia epidemiológica del coronavirus y de otros virus respiratorios en casos hospitalizados y en las Unidades de Monitoreo Ambulatorio que se encuentran en todas las jurisdicciones del país.
También volvió a llamar la atención sobre la importancia de estar con las vacunas contra el COVID al día. Todas las personas a partir de los 6 meses de edad deben contar con al menos el esquema primario completo y un refuerzo aplicado en los últimos 6 meses. El intervalo mínimo entre refuerzos y entre el esquema primario y la dosis de refuerzo es de 4 meses.
La aplicación de las dosis de refuerzos se estratifica según el grado de riesgo de tener enfermedad grave. Se considera que tienen riesgo alto de COVID-19 grave, todas las personas de 50 años o mayores y personas gestantes, pacientes con inmunocompromiso a partir de los 6 meses de vida. En esos casos, se deben aplicar una dosis de refuerzo a los seis meses desde la última dosis aplicada y continuar con la misma periodicidad.
En tanto, tienen riesgo intermedio las personas menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas, obesidad), personal de salud y personal estratégico. Deben recibir dosis de refuerzo a los 6 meses desde la última dosis aplicada y luego continuar con periodicidad anual.
Las personas entre 6 meses y 49 años inclusive sin comorbilidades se consideran en riesgo bajo. Deben aplicarse una dosis de refuerzo a los 12 meses desde la última dosis aplicada y continuar con periodicidad anual.