Minutos antes de las 10 de la mañana, el gobernador Osvaldo Jaldo empezó su discurso de apertura de Sesiones Ordinarias de la Honorable Legislatura de Tucumán.

Ante parlamentarios y miembros del gabinete, el mandatario provincial hizo un repaso de sus cuatro meses de gestión pero también comunicó medidas de importancia para la ciudadanía.

“He tomado la decisión de convocar a las fuerzas políticas representadas en esta Legislatura a fines de debatir la modificación del régimen electoral de la provincia”, informó el gobernador anticipando que el sistema de acoples podría llegar a su fin en la provincia.

Y por otra parte, indicó: “voy a enviar próximamente un proyecto de acceso a la información pública, para su debate y tratamiento”.

Esta iniciativa es muy pedida por la oposición tucumana que ha presentado varios proyectos al respecto, para dar transparencia al gasto público.

Por otro lado, Jaldo planteó la necesidad de la austeridad como política pública: “Desde el inicio de nuestra gestión hemos trabajado seriamente para dar forma a un Estado austero y responsable. Ello es producto de nuestras convicciones y de las condiciones difíciles que hoy vive nuestro país y de la que Tucumán no está exento”.

Además sostuvo: “culminamos el año 2023 con una fuerte devaluación, lo que produjo un aumento de la tasa de inflación, acompañada por la pérdida de recursos que significó la eliminación del impuesto a las Ganancias de la 4ta categoría”.

“Uno de los desafíos más importantes ha sido el relacionado al Presupuesto 2024 y las necesidades financieras. En ese orden, solicitamos a las autoridades de la Legislatura la vuelta al Poder Ejecutivo del proyecto de presupuesto 2024 presentado por el gobierno anterior para su reformulación con la premisa de que ‘no se puede gastar más de lo que ingresa’. Así, dio luz un nuevo Presupuesto con una profunda reingeniería del gasto a partir de las proyecciones de ingresos para el 2024 y que fue sancionado por esta honorable Legislatura”, declaró.

El mandatario tucumano detalló que “este esfuerzo implicó una reducción, comparado con el ejercicio anterior, de unos 230 mil millones de pesos. Y que pudo ser mucho más, a no ser por la desaparición de ingresos provenientes de Coparticipación Federal de Impuestos como consecuencia de la eliminación del Impuesto a las ganancias antes mencionado. El mismo, a la fecha, implica el equivalente a aproximadamente dos planillas salariales del sector público provincial durante el presente año”.

Por otro lado, comentó: “Las premisas para la elaboración del nuevo presupuesto partieron de una profunda reestructuración del Estado, que decidimos antes de saber quién conduciría el gobierno nacional. Esta decisión fue una iniciativa propia e independiente, que tomamos sin condicionamiento alguno. Es parte de nuestras convicciones y de la visión del Estado y el gobierno que queremos”.

Y culminó: “decidimos importantes modificaciones en la estructura del Poder Ejecutivo, fusionando y eliminando áreas de gobierno innecesarias, reasignando competencias e invitando respetuosamente a los demás poderes del Estado a actuar en similar dirección. Estas acciones y medidas se llevaron a cabo a fin de mantener el equilibrio fiscal, asegurando la estabilidad laboral de los empleados estatales y el cumplimiento de las obligaciones y acuerdos salariales”.