“No quería ir a la cárcel”, aseguró llena de dolor la mujer del joven. El árbitro había denunciado al futbolista amateur tras la agresión e iba a ser detenido por tentativa de homicidio.

Esta mañana de martes y a pocas horas de que se confirmara el suicidio de Williams Alexander Tapón, el joven que fue noticia en las últimas horas por pegarle una brutal patada en la nuca a im árbitro durante una discusión en un partido amateur, su esposa Agustina, habló ante los medios sobre la decisión de su pareja.

“En el audio que me manda despidiéndose me dijo ‘cuidá de nuestros hijos’ y ‘yo prefiero que sufran todos de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel’. Fueron las últimas palabras de él antes de hacer lo que hizo”, aseguró muy conmocionada la mujer, en declaraciones a Crónica HD.

Junto a Tapón, la joven tenía dos niños -uno de 2 y un bebé de apenas 7 meses- y aseguró que el hombre “quedó mal” después de las notas que había brindado durante la jornada de ayer.

“Le preguntábamos qué opinaba y no sabía qué respondernos. Él siempre se tomaba todo a la ligera”, señaló la mujer.

“Él estaba conmigo y con los nenes, estaba jugando con ellos. En un momento me dice ‘bueno, me voy’. Y le digo ‘esperá’. Antes de salir, se me queda mirando, me da un beso y me abraza. Yo le digo ‘no me abraces porque estoy sensible por toda la situación’. Me puse a llorar, lo abracé y como mi nene venía hacia nosotros me dice ‘agarrá al nene’. Lo alcé a mi hijo y él salió. Le pregunté si iba a comer acá y me dijo ‘sí, hacé milanesas’”, recordó Agustina.

Minutos después, sus cuñadas la buscan para avisarle lo que había ocurrido.

«Yo salí corriendo, lo buscamos por todos lados y pensé que nos iba a hacer una joda”, explicó.

Tras varios minutos de búsqueda, un familiar de Williams gritó para alertar a todos que había encontrado al joven. Y Agustina, lógicamente, se acercó con la esperanza intacta de que su marido continuara con vida. “Yo corro para donde venía la voz y cuando me acerco estaba él tirado. Tenía la esperanza de que estuviera vivo porque no se le veía sangre en la cara. Cuando me acerco, ya estaba frío y no respiraba. Estaba en un pozo tirado”, lamentó.