Pese al frío y la llovizna, una buena cantidad de público acompañó la vigilia frente al histórico edificio en el que se declaró la independencia argentina.
En la víspera de la medianoche, la Casa Histórica se vistió de patriotismo, recibiendo a una multitud de ciudadanos para el inicio de los actos patrios, sumergiendo el lugar en un ambiente de respeto y reverencia.
El evento contó con la presencia de dignatarios prominentes, incluyendo al gobernador Juan Manzur, al vicegobernador Osvaldo Jaldo, al intendente Germán Alfaro, y al jefe de Gobierno de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, junto a otras autoridades provinciales y nacionales.
Después de la oración de gratitud por nuestra patria, donde se expresó agradecimiento por la libertad de conciencia y respeto por la nación otorgada a los habitantes del suelo argentino, líderes de diversas denominaciones religiosas compartieron sus pensamientos.
Un locutor proclamó que «Tucumán es la patria argentina» y animó a todos a unirse al país en su 207° aniversario de libertad, al tiempo que se entonaba el Himno Nacional con la Banda de música del liceo General Gregorio Aráoz de Lamadrid.
La celebración del himno nacional llegó a su punto culminante en los primeros minutos del Día de la Independencia, acogido con aplausos, confeti y exclamaciones de «¡Viva la Patria!».
Alfaro, visto dialogando con Jaldo después del evento, expresó su deseo de paz y prosperidad para toda la provincia.
Su esposa, la senadora Beatriz Ávila, celebró la conmemoración en el lugar donde nació la independencia y pidió por una Argentina productiva, pacífica, inclusiva y con sustento para todos.
Rodríguez Larreta, precandidato presidencial por Juntos por el Cambio, compartió su alegría de estar en la provincia y su optimismo sobre un futuro más prometedor, gracias al espíritu y la fuerza de los argentinos.
Carlos Sánchez, el arzobispo de Tucumán, subrayó la profunda alegría que los habitantes de Tucumán estaban experimentando y expresó su esperanza de que este entusiasmo se extendiera a todos los argentinos para superar los desafíos actuales de la nación, al igual que los delegados del Congreso de 1816.