El medicmento mostró una reducción significativa del deterioro cognitivo en etapas tempranas de la demencia y es un hito científico para la salud mental.

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó a principios del mes de julio un anticuerpo monoclonal para el tratamiento del Alzheimer que parece ser uno de los más prometedores que se han desarrollado hasta el momento.

Se trata de la droga lecanemab (conocida por su nombre comercial Leqembi) diseñada por los laboratorios Eisai y Biogen, que ataca los depósitos de la proteína beta amiloide y reduce el deterioro de las funciones cognitivas en un 27% en las etapas iniciales de la patología.

Dos años antes, además, la FDA había dado luz verde también al fármaco aducanumab de Biogen (denominado Aduhelm). Pero la reciente aprobación de Leqembi, marca un antes y después en el campo de la salud mental, según una experta del Sistema de Salud Mount Sinai, de EEUU.

“La aprobación total de Leqembi representa un hito para la comunidad médica y los pacientes que luchan contra la enfermedad de Alzheimer”, señaló la doctora Mary Sano, profesora de Psiquiatría y Directora del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.

Leqembi (lecanemab) es un tratamiento basado en anticuerpos monoclonales diseñado para reducir la acumulación de placas de beta amiloide en el cerebro, que son una característica definitoria de la enfermedad de Alzheimer.

La obtuvo la aprobación de la FDA para tratar tanto el deterioro cognitivo leve como la demencia leve. Se tratan de etapas tempranas de la enfermedad, caracterizadas por la capacidad de los pacientes para llevar a cabo actividades diarias, aunque puedan experimentar lapsus de memoria (como olvidar palabras y la ubicación de objetos) y otras dificultades cognitivas.

“En el ensayo clínico que respaldó la aprobación total de Leqembi, el fármaco demostró una reducción estadísticamente significativa en el deterioro cognitivo en comparación con el placebo. Por eso, los pacientes pueden esperar una desaceleración en la pérdida de sus funciones cognitivas”, remarcó la doctora Sano.

“El efecto demostrado es modesto, pero sólido, visto en todas las medidas. No quiero exagerar que este es el principio y el final del tratamiento”, indicó la especialista y agregó: “No estoy diciendo que esto es un gran efecto y que la persona vuelve al 100% normal. Pero hasta los estudios de Leqembi, teníamos otros anticuerpos monoclonales y no habíamos visto beneficios tan consistentes”.