La negociación entre el Gobierno y los dialoguistas por la denominada Ley Ómnibus, que fue aprobada en general, comienza a definirse este martes en el debate de la letra chica cuando se retome la sesión que se inició el miércoles pasado.

El Gobierno se expondrá en las próximas horas a dos situaciones determinantes: sufrir un desguace aún mayor de la iniciativa y digerir, en el balance del Ministerio de Economía, lo que perderá del Producto Bruto Interno (PBI) si cede ante el espacio dialoguista, que sigue con sus propias internas y dificulta un -lejano- entendimiento final con el Gobierno libertario.

En el recinto se espera una discusión tediosa. El oficialismo apunta a un debate por capítulos del texto en cuestión. No obstante, la desorganización de las propias bancadas que apuestan al curioso “consenso”, sumada a la oposición kirchnerista y la izquierda, derivaría en una definición caótica de artículo por artículo. De hecho, los legisladores más experimentados estimaban anoche, como mínimo, la continuación de la votación en particular para el miércoles. Siempre y cuando no aparezca un escenario traumático que obligue a otro tipo de decisión.

El inmenso proyecto enviado por Javier Milei tendrá eliminados desde el vamos decenas de artículos, tras el anuncio que hizo antes de la votación en general por el miembro informante y presidente de la comisión -cabecera- de Legislación General, Gabriel Bornoroni. En los primeros a tratar aparecen las emergencias y delegaciones, donde la oposición acuerdista amenaza con achurar la ley desde el inicio. A esta altura, el tema casi que excede al Congreso y definirá el pleno en el recinto, con todo lo que ello involucrará.

La discusión en comisiones de la iniciativa fue la primera muestra de la oposición amigable a Milei para arañar alguna cuota de poder desde el Congreso y recuperar terreno perdido, tras lo ocurrido en las elecciones de 2023. Lo segundo y más importante vendrá en las próximas horas cuando aparezca la consiga mágica: plata. Las delegaciones de facultades, las jubilaciones, las condiciones para endeudarse, una potencial coparticipación del impuesto PAIS, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS -esperan cajas jubilatorias locales-, las privatizaciones y fondos fiduciarios aparecen en la bandeja de los mandatarios provinciales.

Otras aristas que generan ruido están relacionadas con los capítulos de seguridad y la suba de penas, legítima defensa y resistencia a la autoridad; y ambientales, con una lupa direccionada hacia glaciares e incendios.

Hasta el impuesto PAIS tiene miradas distintas entre los acuerdistas. Unos sugieren coparticipar ahora -Gobierno prometió desactivar-; otros, que quede afuera y se trate un paquete fiscal integral en las próximas semanas. Todo, en medio del viaje al exterior de Milei y una votación en particular que necesitará quórum para cada artículo. Otro ítem que deberá tener en cuenta el oficialismo serán las abstenciones, que podrían torcer en algunos tramos el rumbo del proyecto.