La entidad presentó su diagnóstico y trazó un plan para el dólar, las reservas y los precios.

El Banco Central (BCRA) presentó sus “Objetivos y planes 2024″, donde hace un diagnóstico de la situación económica y plantea su hoja de ruta para este año. “La Argentina mantiene un déficit fiscal crónico”, afirmó el organismo que preside Santiago Bausili.

“La economía argentina exhibe un cuadro crónico de inestabilidad macroeconómica y estanflación, desbalances fiscal y externo, reservas internacionales netas negativas, baja intermediación financiera, grandes distorsiones en los precios relativos, y un complejo entramado de regulaciones y trabas burocráticas diseñadas para reprimir y demorar, más no erradicar, las consecuencias inflacionarias del financiamiento monetario del déficit fiscal”, diagnosticó.

Y anticipó: “Ante la corrección de estas distorsiones, necesarias para ordenar la economía y que esta pueda volver a funcionar adecuadamente, el BCRA acompañará estos esfuerzos de sinceramiento con un monitoreo atento de las condiciones monetarias y crediticias con el objetivo de moderar las presiones inflacionarias que se puedan generar”.

Luego, detalla los cuatro problemas más importantes que enfrenta el BCRA y las medidas que tomará.

Dólar y cepo cambiario

“En el marco de la transición hacia un régimen que asegure la estabilidad macroeconómica, se anunció el establecimiento de un nuevo tipo de cambio de $800 por dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC)”, destacó el BCRA, y recordó que ese valor se deslizará 2% mensual, de forma temporaria, como un ancla nominal adicional para las expectativas de inflación.

El organismo no dio precisiones sobre cuánto tiempo durará esa política, algo que los economistas privados ponen en duda. Solamente dijo que será “hasta tanto el compromiso y la visibilidad del esfuerzo fiscal sean apreciados en su total dimensión”.

Con respecto al cepo cambiario, el BCRA resaltó la flexibilización en el pago de importaciones futuras y los esfuerzos para regularizar la deuda comercial existente, mediante la licitación de bonos en dólares.

“La recuperación de la credibilidad no será completa hasta que la corrección de los desbalances monetarios heredados, la solución a las deudas comerciales por pagos de importaciones y la recomposición de reservas internacionales permitan avanzar en la eliminación de los controles cambiarios y de capitales aún vigentes y, luego de un proceso de normalización ordenado, en la unificación definitiva del mercado de cambios”, expresó la entidad.

Inflación en 200% anual

La entidad también reconoció que en el último año la inflación se aceleró de manera significativa y que se estima que llegó al 200% en 2023. Al mismo tiempo, pocos días antes de la publicación del índice oficial de inflación del mes pasado, el BCRA anticipó: “Si se analiza la dinámica de los datos de alta frecuencia de diciembre, la tasa de inflación mensual alcanzaría un registro cercano al 30%”.

Y completó: “Son niveles de inflación que no se registraban en la economía argentina desde comienzos de la década de 1990, en el período previo al inicio de la Convertibilidad. Esta es la evidencia más contundente de lo crítica que es la situación y que, de no corregirse prontamente, nos hubiera llevado más temprano que tarde a un nuevo episodio de hiperinflación”.

Déficit fiscal y emisión monetaria

En esa línea, el BCRA argumentó que la situación fiscal se agravó especialmente antes de las elecciones. “En los meses previos al proceso electoral se tomaron una serie de medidas con la intención de mejorar transitoriamente el nivel de actividad y las perspectivas electorales del oficialismo”, detalló, en relación con los diversos bonos, la devolución del IVA y la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, entre otras medidas.

“Gran parte de la expansión monetaria para financiar al Tesoro Nacional fue esterilizada mediante la emisión de pasivos remunerados del BCRA. Adicionalmente, los pasivos remunerados también continuaron creciendo endógenamente por efecto de la tasa de interés”, explicó el BCRA, que reconoció que su deuda llegó a representar el 9,8% del PBI.

El BCRA pondrá la lupa en dejar de financiar al Tesoro y evitar la inyección de pesos por el pago de su deuda. En esa línea, el organismo resaltó que dejó de colocar Leliq -algo que consideró fundamental para que los bancos vuelvan a prestar- y que bajó a 100% la tasa de pases, que ahora funciona como rendimiento de referencia.

No obstante, prometió un “monitoreo continuo de la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su tasa de interés de política y administrar las condiciones de liquidez”.

Al mismo tiempo, el organismo confirmó que continuará ofreciendo a los bancos la posibilidad de recomprarles títulos del Tesoro que tengan en sus carteras de inversión. Esto es considerado como una vía indirecta de inyección de pesos, que seguirá abierta.

Reservas negativas

Con relación a las reservas, el organismo señaló que cayeron US$56.000 millones desde el máximo alcanzado en abril de 2019 y que a lo largo de 2023 retrocedieron US$21.000 millones, con reservas netas negativas por US$10.800 millones.

Esa escasez de divisas repercutió en la postergación del pago de importaciones. “La deuda comercial por importaciones impagas se duplicó en pocos meses, alcanzando el tercer trimestre de 2023 unos US$41.600 millones”, apuntó.