El actor puso el cuerpo y el oficio a la toma decisiva de la anteúltima entrega de la saga, que a una semana de su estreno arrasa en la taquilla a nivel mundial

La escena impacta desde el momento en el que circuló el trailer de Misión imposible 7. Tom Cruise conduce su moto a toda velocidad por un bosque hasta que el paisaje de despeja y se topa con un acantilado. En una prueba de reflejos intactos, clava los frenos al borde de un precipicio. Mira hacia abajo pero no hay mucho tiempo que dudar. Las misiones están para ser resueltas. Y Ethan Hunt sabe más que nadie que no hay imposibles.

A 27 años del inicio de la franquicia basada en la serie creada por Bruce Geller, Tom Cruise empieza a preparar su despedida con Misión imposible: sentencia mortal – parte uno (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One) que se estrenó la semana pasada con éxito arrollador a nivel mundial. Con la camiseta del proyecto marcada en la piel, y como el gran referente de la industria cinematográfica a nivel global, el actor de Top Gun interpretó la mayoría de las escenas de riesgo. Sí, también la de la moto, la aceleración en el bosque y el salto al vacío, que solo está mediatizada por la magia del cine y una maquinaria que trabajó día y noche durante más de un año para que todo saliera según lo planeado.

Se sabe que los fanáticos de la trama disfrutan también de saber cómo se llevaron a cabo los trucos, casi con el mismo nivel de voracidad. En este caso, la toma decisiva de la película se filmó en Noruega, pero la sala de ensayo se levantó en Inglaterra, en la construcción de una pista de motocross para que el actor realizara los primeros ensayos, que se potenciaron con el armado de una rampa similar a la que usaría en la toma. En total fueron alrededor de 13 mil saltos de más de 20 metros de altura y en su cuerpo Cruise llevaba un GPS para permitir que las cámaras y los drones monitorearan todos sus movimientos. El otro gran aliado fue la tecnología, ya que según admitió el director, no hubiera podido filmar con semejante calidad apenas dos años atrás.

Pero esta es apenas la primera parte del show. Una vez en el vacío, el actor debía accionar un paracaídas para poder pisar con firmeza en tierra. Y lo más importante, sano y salvo. El entrenamiento duró un año en el que llegaron a realizar hasta 30 saltos diarios desde un avión preparado para la ocasión. Cada uno de los profesionales a cargo destacaron la predisposición del protagonista para asimilar los conocimientos en cada una de las disciplinas y llevarlos a cabo. Los resultados están a la vista.

Lo dicho, el set de filmación montó en Noruega, en la montaña Helsetkopen, donde se había construido una extensa rampa para que Cruise carreteara en dos ruedas antes de levantar vuelo. La relojería para sincronizar la carrera, el salto y el armado del paracaídas con el registro filmográfico llevó a realizar seis tomas en la jornada, hasta que el director y su equipo quedaron satisfechos. Con el visto bueno del staff, ahí siguieron adelante con el rodaje, que además del país escandinavo, paseó por Italia -Roma, Venecia y el Lago de Como- y Emiratos Árabes Unidos -el desierto de Liwa y la terminal Midfield del aeropuerto de Abu Dabi-.

Porque a diferencia de lo que podría suponerse, la escena clave de la película fue la primera en rodarse. Y en una producción de esta magnitud, todo tiene una explicación. “Hacer eso el primer día nos dio todo el tiempo del mundo para entender por qué Ethan estaba haciendo lo que estaba haciendo”, señaló el director, Christopher McQuarrie a la revista Esquire con buen tino. Porque a la hora de asumir los riesgos, Ethan y Tom son la misma persona.

Por su parte, el actor de Jerry Maguire dio sus motivos. “Me estaba entrenando y estaba preparado. Tienes que estar muy listo cuando haces algo así. Mientras preparábamos la película, era muy importante que fuera lo primero. No quiero dejarlo e irme a rodar otras cosas con la mente en otro sitio”, explicó el protagonista respecto a la anteúltima entrega de la saga, cuya segunda parte está prevista para mediados del año próximo.

En la película estrenada el jueves pasado, la historia se centra en una misión de alta tensión en la que Ethan Hunt debe recuperar dos partes de una llave cruciforme, un dispositivo apetecido por varias potencias. Entre ellas se encuentra la Entidad, una inteligencia artificial rebelde que amenaza con dominar el mundo. En su lucha, Ethan se reúne con viejos camaradas como Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), Benji Dunn (Simon Pegg) y Luther Stickell (Ving Rhames), y se cruza con la misteriosa ladrona Grace (Hayley Atwell) y Gabriel (Esai Morales), un personaje clave en su pasado.